He decidido en este año, joven aún, escribir un texto semanal sobre Cruz Azul, asimismo espero dar mayor vida a este espacio sobre futbol y al podcast siendo más constante en las publicaciones, pero sobretodo más claro, preciso, inteligente y cualquier otro atributo que sea para bien.
Decidí nombrar esta sección ‘Escrito con tinta azul’ inspirado en un poema de Octavio Paz titulado ‘Escrito con tinta verde’. En esa pieza lírica el poeta ganador del Nobel en 1990 hace referencia a la naturaleza, en este esfuerzo yo voy a tratar al club de mi vida.
Los casi dos meses y medio del 2022 trajeron demasiados hechos que convulsionaron al mundo Cruz Azul y otros tantos que lo llenaron de ilusión y expectativas positivas: La marcha de medio plantel campeón, la contratación de nuevos futbolistas jóvenes para sustituir a los que se fueron, la partida inesperada del cuerpo directivo de Álvaro Dávila, el regreso de Jaime Ordiales y la volatilidad de resultados del primer equipo de una fecha a la otra. A eso hay que agregar los cambios en la plantilla del primer equipo femenil y las lesiones que han mermado a la varonil.
Hay que agregar también todos esos factores que repercuten en los equipos de Cruz Azul a pesar de suceder en lejanía de La Noria o el Estadio Azteca: Las disputas en la cooperativa, convocatorias a selecciones nacionales o inclusive la violencia suscitada en el partido de Querétaro – Atlas que puede persuadir a la afición de no acudir a los juegos.
Una vez terminado el partido ante Montréal, me encuentro más ansioso por ya disputar el segundo juego de esa eliminatoria que el encuentro ante Universidad por Liga MX, sabemos por palabras de Juan Reynoso que la prioridad es el torneo continental y ante el escenario de que el único gol de Antuna no es una diferencia que permita afrontar con más relajación el partido en Quebec, me parece lo más adecuado.
No obstante, ante los Pumas se juega la que es a mi juicio la segunda rivalidad más importante para el club y a pesar de que se encare la contienda del sábado con mayoría de suplentes, un resultado que no sea victoria puede tensar las cosas al interior del primer equipo de cara al viaje a Canadá.
Ahora bien, nuestro rival en Liga MX también llegará de jugar en Concacaf y con la pesada carga anímica de haber sido derrotados por 3-0, sin embargo si algo le he de reconocer al equipo del Pedregal es su capacidad de recuperar fuerzas en momentos duros para revertir estos en su favor. A eso hay que añadir que desde el 2019 nos han ganado tres veces remontando partidos o eliminatorias (el 1-2 del Apertura 2020, el 4-0 en la vuelta de semifinales de ese mismo torneo y el 4-3 de noviembre pasado).
Confieso que desde la marcha de Dávila y su gente no estoy tranquilo con las decisiones que puedan ser tomadas a nivel deportivo ya que demostró una enorme capacidad de gestión y desde afuera parecía que después de la debacle de la segunda mitad del 2021 nos encaminaríamos a tener un buen 2022.
No cabe en mí otro anhelo que el de ver un equipo inteligente, concentrado y aguerrido por igual el sábado en Santa Úrsula. En caso de obtener el triunfo, el partido en Montréal puede ser menos tenso… y esta afición necesita ver a su equipo ganar sin padecer tanta angustia.
