La creación artística que nos rodea tiene la facultad de transformarnos. Un libro puede marcar nuestra adolescencia, una película puede estremecernos o hacer reflexionar en la madurez y por su parte una pintura puede conmovernos en la senectud. Lo mismo sucede con algún álbum o disco en la música pop.

En la primavera de 2013 sentía absoluta plenitud y optimismo porque tenía lo que se suele denominar abundancia. La felicidad era mayúscula ya que estaba por concluir mis estudios universitarios, planeaba un viaje increíble, cursaba clases de portugués, iniciaba una segunda licenciatura, asistía a cuanto concierto y fiesta se me antojara. Todo marchaba impecablemente.

Iniciaba mayo, una tragedia acabó con esa felicidad que en mi vida no tenía precedentes y de forma repentina el optimismo se desvaneció. Entre más alto vuela alguien, más dolorosa es la caída y por ello el trancazo me dolió en exceso. En ese contexto personal salió al público Random Access Memories de Daft Punk. 

Quizás no me haya cambiado la vida como sí lo hizo el leer a Marx, Schopenhauer o Erich Fromm, pero en definitiva transformó ese ya nostálgico 2013 en que vio la luz. El arte, incluyendo a su vertiente popular, está sujeto a la interpretación que cada quien le otorga y nuestra condición sentimental humana influye definitivamente en cómo nos acercamos a contemplarla. Su impacto en mi gusto fue tal que es el único disco con temas funk que me permito escuchar en primavera o verano, siendo que estoy habituado a escuchar estos ritmos solo en otoño o invierno.

Mi visión de este álbum se alteró por completo al llegar a mí en un momento dolor, es en ese contexto donde se convirtió en una ventana para observar en aquel entonces que, después de la angustia, la existencia puede tener cosas que aún valen la pena. Fue la banda sonora de mi reconciliación con la vida en meses nebulosos.

Por su parte, el contexto alrededor de la música de Daft Punk era de ansias por escuchar su más reciente obra. Consagrado en el french-touch y ya establecido como leyenda de la música electrónica, el dúo llevaba 3 años sin material inédito, lo último que habían publicado fue la banda sonora para la película Tron: Legacy de Joseph Kosinski. Las expectativas puestas en cualquier trabajo de los “robots” siempre son altas, sobretodo desde la aparición de Discovery.

Gabriel García Márquez era experto en atrapar al lector desde la primera línea y situarlo en un pico alto de la historia que estaba por contar, como en una montaña rusa. Los Daft Punk saben que un buen álbum debe tener un gran primera tema y así lo han demostrado, Human After All, One More Time y Daftendirekt son poderosos episodios de inicio y para su última obra no iban a decepcionar con Give Life Back to Music.

Los golpes de batería sumados a los acordes de guitarra iniciales de esta canción, interpretados por Nile Rodgers, nos dejan en claro que Random Access Memories no se andará con medianías. Tema alejado del estilo de house francés y techno que distingue a Daft Punk, nos transporta tanto a los 70 como al futuro en un juego temporal impecable. El teclado a cargo de Chilly Gonzales se une a la aportación de Rodgers para recordar al sonido de Chic.

La banda nos declara en este tema que la música deberá renacer, volver a nuestras vidas y ellos serán los encargados de que esa tarea se cumpla. Daft Punk se encadena en parte a su pasado con el uso del vocoder, pero en el sonido funk de Rodgers establecen que este disco es diferente a toda obra anterior de los franceses. La fuerza de la canción y su concepto de llamada para llevar vida de nuevo a la música sirven como leitmotiv al disco. Vayamos al futuro recorriendo de nuevo el pasado.

Desde esta primera pista ya hay reminiscencias también a la obra Giorgio Moroder, aún sin contemplar que el italiano será el protagonista un par de tracks después. En segundo sitio aparece The Game of Love, antítesis del primer tema del disco musicalmente, mucho más tranquila y perfectamente identificable con un álbum como Discovery. Es la hermana más joven de Something About Us, aunque no tan sensual y sofisticada.

Giorgio by Moroder es una colaboración con la leyenda italiana de quien toma nombre y un homenaje de Daft Punk a su trayectoria, en la que el primero no intervino en la composición. Puede dividirse en dos partes, la primera es un relato que parece sustraído de una charla informal entre tazas de café en la que Moroder en voz propia nos cuenta su incursión en la música y andar artístico teniendo como fondo una melodía inspirada en las piezas del propio narrador.

No lo hace cantando, simplemente narra sus anhelos de juventud a las generaciones posteriores que no reconocen del todo cómo ha sido su andar artístico. Un poco de historia para educar millenials y centenialls, cortesía de Bangalter y De Homem-Christo.

La segunda mitad de la canción rompe con el ambiente lounge de la primera y se sumerge en los años ochenta con melodía y armonía que nos recuerdan el tema introductorio de la película Scarface de Brian De Palma, obra del propio Moroder. Daft Punk hizo un homenaje explícito a un hombre que cambió la manera de hacer música electrónica, ya lo habían hecho anteriormente en Teachers (del álbum Homework).

Within es líricamente el tema más melancólico del disco, relata un profundo sentimiento de soledad e incertidumbre, comercialmente no resultó muy explotable, no obstante su función en Random Access Memories es mayor. Los franceses recurrieron al productor y pianista canadiense Chilly Gonzales para construir en este tema un puente melódico o de tonada entre las primeras 3 canciones del álbum y la sucesora Instant Crush.

Encajaría a la perfección en cualquier adaptación audiovisual de la obra de Isaac Asimov o algún trabajo de las hermanas Wachowski. Incertidumbre y confusión son expresados en voz de un aparato electrónico que busca una identidad y a partir de ella alguien a quien corresponder. Estoy buscando a alguien, dime quién soy es el mantra que repite el vocalista, sin que sepamos si es humano o artificial quien lo exclama.

Instant Crush, es uno de los puntos altos del disco en términos de promoción comercial y en voz de Julian Casablancas hace un llamado desesperado por recuperar algo que se cree perdido; los sintetizadores acompañan la voz en falsetto del cantante de los Strokes y si bien podríamos encasillar dentro del género del synth-pop este tema, auditivamente tiene una presencia muy orgánica.

Lose Yourself to Dance regresa al álbum el sonido funk del principio en el que hay una invitación al baile de Daft Punk acompañados por Nile Rodgers en la guitarra y Pharrell Williams en voces, además del vocoder que fungirá como corista. Es una bienvenida al placer dentro del panorama extenuante de la vida actual, siendo la danza una de las más primitivas formas de liberación.

En la séptima pista del álbum aparece Touch, la antítesis de Within. La voz sintética del vocoder es reemplazada con la orgánica de Paul Williams y la incertidumbre cede ante la necesidad. El mantra de este tema habla de certezas. «Si el amor es la respuesta, estás en casa».

De regreso a la guitarra de Nile Rodgers y voz de Pharrell Williams toma forma Get Lucky. Tema más popular del disco y es sencillo encontrar la razón, es una canción funk que transmite optimismo y alegría, una declaración ante el mundo de que la buena fortuna es cíclica y espera a quien esté dispuesto a encontrarla.

Beyond por su parte presenta una interesante dicotomía entre la instrumentación orquestal que le da inicio y las voces artificiales características en las canciones del dúo. En contraparte con su predecesora es mucho más lenta y de calmo disfrute auditivo en vez de baile. 

Motherboard es un recorrido informático. Más allá del título que remite a un componente de computadora, la canción transmite la sensación de estar en una travesía por los circuitos y el código binario que establecen la unión entre el mundo digital y el mundo analógico. Daft Punk ha coqueteado toda su trayectoria con la relación entre el humano y la tecnología y a pesar de ser Random Access Memories su álbum más “humano” ese concepto es abordado.

Fragments of Time es la entrada en acción de otro de los colaboradores invitados, en este caso Todd Edwards. Funk menos estridente que Get Lucky o Lose Yourself to Dance con cierto aroma lounge y house, todo envuelto en una atmósfera de optimismo bailable. Doin´ it Right presenta al penúltimo huésped de Random Access Memories, Panda Bear, en una canción que recuerda en la base al sonido más inorgánico presente en Homework o el propio Human After All.

Cerrar un álbum en un punto alto y poco olvidable debe constituir un reto, pero Random Access Memories lo sortea adecuadamente. Daft Punk recurre al más viejo conocido de los colaboradores del disco, DJ Falcon, para finalizar esta obra. Contact se presenta como el tema más futurista y de manera instrumental relata el despegue de un transbordador espacial que busca explorar lejanos rincones en el universo.

En primera instancia nos muestra la comunicación que el astronauta Eugene Cernan de la misión Apolo 17 tiene con otro operador de la travesía. Sin conocer el contexto exacto de la grabación pero adecuándola al de la canción, se revela un individuo que es testigo de algo inusual en el espacio, en el que no debería haber nadie más.

Dado que los viajes fuera de la Tierra son una representación del futuro desde el siglo XIX, se puede considerar a Contact no solo como una odisea espacial, sino como un punto de partida hacia la posteridad a la que Daft Punk nos ha invitado en toda su discografía. Los segundos finales de este tema recuerdan el sonido poco pulido intencionalmente de Homework, no obstante abren sonoramente una ventana al porvenir. Desconocemos que prepara Daft Punk para su próxima obra.

Random Access Memories es una intrigante travesía hacia el futuro a través del pasado, es una exploración del ser humano y la tecnología a través de la música, es también una selección cuidadísima de colaboradores y desde el plano personal un dulce paliativo en una época de desencanto.