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| Mientras escuchaba a Noel Gallagher cantar «I cried the rain that fills the ocean wide…» |
13 de mayo
Quizás el hecho de haber cambiado cobija y sábanas anoche favoreció que durmiera mejor. Además, al ser la primera vez que las uso resultó favoreció por completo que despertara con absoluta calma a las 5:30 y pudiera empezar a trabajar a las 5:40. Todo transcurre en completa normalidad y dan las 7:00 pero esta vez no me tomo un descanso, continúo laborando y termino a las 8:30. Después, poco más dos horas de sueño en la flamante ropa de cama.
El primer disco que escucho hoy lo pongo a las 10:40 y es el mismo con el que me fui a la cama ayer: Dig out your soul de Oasis. Todo está dispuesto para que hipotéticamente sea un buen día, excepto que no lo es. La incertidumbre, angustia y pesadez que hoy cumplen un mes en mi cuerpo y mente se empiezan a hacer presentes. Sé perfectamente que causa esto y a pesar que desde el domingo en teoría ya tengo un plan para resolverlo (a más tardar el 11 de agosto) sigo sin poder relajarme y dejar todo fluir. Mientras escucho a Oasis me llegan varios pensamientos a la mente a partir de las letras.
En I’m Outta Time escucho “It’s the only place I am asleep. Can get myself some peace of mind. You know it’s getting hard to fly”. De inmediato pienso qué sitio en vida ocuparía esa posición y termino concluyendo que sería mi habitación, aunque desde el 13 de abril pasado se ha convertido también en el teatro de mis pesadillas.
Sin embargo, los versos que más me estremecen de este tema son los finales y que además le dan título: “I’m outta of time. I’m outta of time. I’m outta of time. I’m outta of time”. No dejo de pensar ¿Será que estoy fuera de tiempo? ¿Estoy fuera de tiempo de la vida de los demás? ¿Estoy fuera de tiempo en el mundo? ¿Estoy fuera de tiempo en mi propia existencia?
La siguiente canción cuya letra me deja pensativo un rato es Falling Down. “I cried the rain that fills the ocean wide I tried to talk with God to no avail Calling my name and out of nowhere I said If you won’t save me, please don’t waste my time». La semana pasada lloré todas las decepciones que me tragué en años y a su vez sigo esperando que Dios me salve de algún modo ya que mi alma se está gangrenando.
Al finalizar el álbum tomo un baño y al salir pongo el Elements of Life de Tiësto. Mientras lo escucho leo sobre Bartolomé De las Casas y la concepción española de los indios americanos. Aunque trato de mantener la cabeza ocupada sigo acordándome de esas cosas que me perturban, en particular de una sola.
A las 12:10 mi padre me escribe para saber cómo me encuentro y al cuestionarme por mi estado anímico le revelo lo que me pasa, le digo que es una estupidez y algo muy básico que le sucede a todo mundo, pero a mí nunca me había ocurrido. Él se toma su tiempo para escribir y me aconseja, de antemano yo ya sabía que algo que estilo de comentario el me escribiría pero por alguna razón en esta ocasión lo agradezco y me reconforta.
Asimismo me lega algunas expresiones que durante todo el día se mantienen en mi mente. La primera es la frase “golpe que no te rompe la espalda te la endereza”, supongo que con otros órganos del cuerpo humano también se puede aplicar el aforismo. La segunda cita que me brinda es una que le dijo un maestro cuando estudiaba en la vocacional y que según él podría ser de Miguel de Unamuno y cita: “Nunca debes suplicar, porque en materia de amor lo que no te quieren dar, si lo pides es peor”.
La tercera no es una frase como tal, pero si una canción que me comparte, y de hecho ya lo había hecho antes, Camina siempre adelantede Alberto Cortez, la cual escucho una vez terminado el Elements of Life. Con estas recomendaciones literarias y su perspectiva de la felicidad en la vida que sacó de Viktor Frankl me siento un poco mejor, aunque no por ello me dejo de sentir basura.
Continúo leyendo sobre la evangelización de América pero necesito distracción porque a pesar de los consejos de mi padre no logro cambiar el chip, entonces voy a la cocina para quitar del fuego unas alitas que se estaban quemando y posteriormente subo a la habitación de mi hermano un rato para ver como juega una edición de Asassins Creed ambientado en la París de la Revolución Francesa.
Regreso a mi habitación y continúo leyendo, ahora con el primer In Search of Sunrise de fondo. Son cerca de las tres de la tarde y llegados a este punto me siento en la mesa para comer. Antes de estar servido todo, para distraerme un poco busco en MercadoLibre un cuadro de Amy Winehouse que había visto hace tiempo y que pienso sería un buen ornamento para mi habitación, además de que cumpliría la función de cabecera.
Hace tiempo que no uso una y según el Feng Shui es imperativo tener algo que cumpla esa función, no soy creyente de esas cosas pero no descarto que sirva para limpiar la mugre anímica que me cargo desde hace un mes. Le comento a mi madre y hermano mi intención de adquirir el cuadro y me comparten una idea mejor, que baje un cuadro pintado al óleo que tenemos en la planta alta de la casa y que es una cebra. Me encanta la idea y terminando la comida lo bajo junto a mi hermano.
Después de limpiar el marco del cuadro y comprar clavos para concreto, un martillo y lidiar con una pared por un par de horas para poder colocarlo, finalmente queda, vuelvo a tener cabecera y que además es un óleo. Son casi las seis pm y me alisto para ir a sesión con mi psicoterapeuta, que es a las siete. Camino unas cuadras con el cubrebocas puesto, llego por fin. Tarda un minuto en abrir e ingreso al consultorio, allí le platico las cosas de esta semana.
Le comento lo que ha pasado y me ayuda a descubrir lo que en mi estupidez quizás me negado a aceptar, seguimos con otras tareas que me dejó en semanas anteriores y que por atender mi crónica ansiedad no pudimos revisar. A las ocho salgo y regreso a casa con un poco más de calma y con mayor claridad con respecto de lo que he pasado estos días.
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| Camino a mi dosis semanal de estabilidad emocional |
Regreso a casa y sé que debo hacer, me pongo a escribir esto mientras escucho el Pictures de Timo Maas y el Welcome to JamRock de Damian Marley y quizás, si no es muy tarde, me ponga a bailar un par de canciones de este último; estoy nervioso pero sé que lo que mi padre y la psicóloga me han dicho hoy es en afán de mi salud mental, tan deteriorada desde hace 30 días, en especial para proteger aquella válvula que tengo en el pecho y bombea sangre a mi cuerpo. Ya lo dice la canción: Camina siempre adelante.




