El presente texto tiene como finalidad hacer una autopsia, a martillazos (retóricamente hablando), de la columna escrita por Poncho Vera y publicada el 11 de Diciembre en el periódico El Heraldo de México. El texto al que refiero puede ser consultado aquí.
Leo a diario el Heraldo de México desde hace poco más de 15 meses. Ayer mientras revisaba la versión Pdf del periódico encontré en la sección deportiva la columna de su colaborador Poncho Vera, quien además ejerce como conductor de televisión en la cadena ESPN.
El texto llamó mi atención por la cantidad de incoherencias, fallos argumentales y juicios sesgados acerca de quienes llevan el futbol a un plano más allá de lo deportivo, así que me vi en la necesidad de analizar el texto para refutar las principales tesis del mismo. En un primer párrafo, el columnista refiere lo siguiente:
Existe un importante e influyente grupo dentro de la comunicación deportiva que insiste en tratar al futbol como si fuera física cuántica, filosofía posmodernista, o un asunto de seguridad nacional. Le quieren dar al juego más bonito del mundo una categoría de complicadísima ciencia exacta, que sólo los verdaderamente sabios pueden comprender.
El autor hace referencia de un «importante e influyente grupo dentro de la comunicación deportiva», no obstante no señala con nombres propios quienes forman parte de ese grupo, por lo tanto su primer juicio carece de validez dejando en el aire quienes pudieran ser los destinatarios de esa categorización.
Más adelante agrega que «Innecesariamente se le pretende dar al futbol un carácter académico inexistente. Se le intenta llevar al juego a una posición científica y/o filosófica que es falsa y absurda». Al parecer Vera desconoce que el futbol al ser una actividad social está fuertemente influenciado por diversas actividades de la vida como la Ciencia o la Filosofía, dicho sea de paso, la Ciencia es en sí misma una forma de hacer Filosofía.
Como ejemplo es pertinente recurrir a Gustav Sebes, entrenador de la selección húngara de mediados del siglo XX y que trasladó ideas políticas, y en sí mismas filosóficas, al campo de juego para formar el equipo más poderoso de su época. Sí, uno de los individuos más revolucionarios en la historia de este deporte se inspiró en Marx. Más contemporáneo a nosotros, José Mourinho recurrió a una cita de Georg Wilhelm Friedrich Hegel para defender su capacidad y trayectoria como estratega. Al parecer a los Poncho Vera del mundo no les interesa que algo así pudiera ser dado a conocer en la esfera pública.
Parafraseando a Darío Sztajnszrajber, «el futbol es el futbol y todo lo que lo rodea», es decir no es simplemente el juego que disputan 22 personas sobre el verde césped, es una construcción cultural que genera muchas otras cosas como sentido de pertenencia, ética, una axiología propia, etcétera y estos pueden ser analizado legítimamente desde la Psicología, Sociología, Filosofía y demás disciplinas sin requerir la aprobación de nadie.
Vera continúa su exposición declarando que «Si la esencia futbolera radica en la de un juego, no hay motivos para no respetarla queriéndola transformar en una actividad intelectualmente pretenciosa y elitista». Esta posición nos abre la puerta a preguntarle al autor ¿Por qué desde la academia no se puede deconstruir al futbol pero si lo pueden hacer la mercadotecnia, la economía, la prensa común, el entretenimiento deportivo o la comedia? ¿Quién les dijo que ustedes si pueden formar parte del mundo del futbol y los académicos no? ¿Quién se creen para auto otorgarse ese derecho?
El columnista participa a menudo haciendo comedia o entretenimiento con el futbol como eje. ¿Por qué no podría alguien más, por ejemplo, hacer algo equivalente mediante las Matemáticas o la Sociología? Ya la academia nos ha presentado a diversos personajes que enriquecen al balompié desde otras esferas como Eduardo Galeano, el mencionado Darío Sztajnszrajber o Juan Villoro.
Lo que Vera y otros tantos desconocen o infravaloran es que al explicar el futbol, desde otras perspectivas que no necesariamente parecen ligadas al acontecer del balón y el rectángulo verde, se está explicando el suceder de la vida misma.

