Los últimos dos días ha sido tendencia en Twitter México el concepto #CoLiving a propósito del mensaje que un usuario (@oneflores) publicó en el cual señala que la empresa Covive está próxima a abrir nuevos espacios de alquiler en la colonia Roma, un emblemático barrio de la capital mexicana.
 
En su página web esta empresa detalla que ofrece vivienda compartida (coliving, en inglés) en zonas centrales de la Ciudad de México. Y hace la invitación al usuario con un mensaje que señala: vive en un cuarto privado y comparte áreas comunes bajo un esquema cómodo y sencillo, para que vivas como quieres.
 
El anuncio original fue recibido en la red social con más rechazo que aceptación, tanto literal como en sentido irónico, por los internautas dado que consideraban que el anglicismo coliving es un eufemismo para denominar de forma sofisticada el antiguo concepto de vecindad.
 
Otra razón por la cuál esa propuesta inmobiliaria fue acogida de forma negativa por la audiencia de la web fue que el costo del alquiler parece demasiado elevado por un espacio reducido. Por $11,650.00 pesos al mes el interesado puede rentar una habitación de 12 a 18 m2 en una casa o departamento donde tendrá que compartir cocina, comedor, sala de estar y baño. Si el posible cliente desea que su habitación aumente de tamaño y además disponga de baño privado la cifra se eleva a los $14,650.00 pesos.
 
El libre mercado permite el florecimiento de diversos modelos de negocio y el de la vivienda no es ajeno a esta circunstancia; la popularidad del tema en horas recientes en redes sociales es un óptimo pretexto para abordar que hay asuntos de interés público que no pueden simplemente ser resueltos por la «mano invisible».
 
La vivienda digna o adecuada es un derecho fundamental de acuerdo con la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, y Hábitat para la Humanidad la define la define de la siguiente forma: El término Vivienda Adecuada significa disponer de un lugar privado, espacio suficiente, accesibilidad física, seguridad adecuada, seguridad de tenencia, estabilidad y durabilidad, iluminación, calefacción y ventilación suficientes. Una infraestructura básica que incluya servicios de abastecimiento de agua, saneamiento y eliminación de desechos, factores apropiados de calidad del medio ambiente y relacionados con la salud; todo ello a un costo razonable para que todos tengan acceso a esa garantía.
 
De acuerdo con la descripción anterior, el concepto CoLiving dificilmente puede ser categorizado como adecuado o digno ya que si bien puede presentar amenidades como iluminación, calefacción y ventilación, se encuentra ausente la privacidad. Los habitantes de este tipo de espacios pueden estar de acuerdo con perderla, no obstante la multiplicación de la oferta de este tipo de espacios puede generar la pérdida de vivienda que cumpla con los requisitos de disponer de un lugar privado, seguridad adecuada y seguridad de tenencia.
 
Pudieran argumentar los desarrolladores de estos conceptos que la habitación es un espacio privado y el resto de las áreas de la vivienda son comunes, no obstante la privacidad va más allá de un cuarto de 12 a 18 m2. Esta puede ser nulificada a pesar de que el inquilino se encuentra aislado entre cuatro paredes de ladrillo y cemento.
 
Muchas veces aquel individuo habitante de un área metropolitana de 20 millones de habitantes busca en la privacidad la compañía del silencio, estar a solas consigo mismo para pensar, planear, darle vueltas a cierto asunto, etc. Un espacio de CoLiving no lo garantiza porque quien mora alguno de estos espacios está a expensas del ruido o el escándalo de sus compañeros de casa, quienes también tienen el derecho a manifestar su libertad en su propio domicilio.
 
Un ser humano muchas veces requiere reír, llorar, charlar, desahogarse, discutir asuntos de pareja, de familia y muchas otras actividades propias de un hogar que sobretodo requieren un espacio privado donde la intimidad juega un papel clave.
 
Compartir vivienda con desconocidos pudiera obligar a un inquilino a mejorar o adquirir hábitos positivos como limpieza, puntualidad u orden, no obstante en un mundo donde la libertad es objeto de incesante búsqueda, aquel o aquella que guste del desorden y el poco o nulo aseo vería esta comprometida ya que diversas presiones o convenciones sociales lo obligarían a renunciar a ser libre de ser (desordenado(a), impuntual, pulcro(a), prolijo(a), etc.).
 
Cuando dos o tres amigos deciden irse a vivir juntos y rentan un departamento o casa hay una comunión y un acuerdo entre las partes, que se conocen y ejercen su soberanía para hacerlo. Parten de un círculo social, el segundo más íntimo después de la familia, para habitar un espacio común. No obstante en el esquema CoLiving los compañeros de casa son desconocidos y no hay de antemano un vínculo afectivo desde el cual esté garantizada la sana y armónica convivencia en el hogar compartido, solo el sentido común y algún contrato mercantil con el arrendador sirven como especie de garantía que comprometen a los inquilinos a la armonía.
 
La Ciudad de México ha presentado a lo largo de su historia reciente diversas complicaciones de variado índole que han impedido que la vivienda se multiplique en áreas centrales y próximas a las fuentes de empleo así como otros servicios como educación, salud, esparcimiento, recreación, etc. Entre ellas se encuentran factores naturales (sismos) así como decisiones gubernamentales (prohibición para construir edificios de elevada altura en diversas zonas, declaraciones de uso de suelo, etc).
 

Gracias a la ausencia e incompetencia gubernamentales, el libre mercado ha generado la proliferación de vivienda en la periferia de la mancha urbana dado el bajo costo del suelo, lo que obliga a millares de habitantes a realizar trayectos de, por ejemplo, 2 horas para llegar a sus centros de trabajo. Dado que estos se encuentran en zonas de alta plusvalía y muchos trabajadores no reciben un sueldo competitivo, difícilmente pueden acceder a vivir cerca de donde laboran. La vida se les va entre los trayectos y las horas laborales lo que se traduce en que no les queda tiempo suficiente para ningún otro tipo de realización personal o social. 

Una necesidad humana, como lo es un techo idóneo, no es conveniente que esté sujeta a los caprichos del mercado, la especulación y mucho menos a la improvisación de alternativas que no mejoran el concepto de vivienda digna en la ciudad; después de todo pretender resolver un problema generando otros es el principio básico de la estupidez. El Coliving equivale a barrer la habitación, pero meter la basura debajo de la alfombra.